X.- Es difícil encontrar a alguien con sabiduría y que no sea soberbio ni prepotente. La humildad se trabaja todos los días, como el amor y la persona sabia debe saber darse al prójimo aunque éste sea un ignorante.
JM.- Más difícil es encontrar a alguien sin sabiduría, que no sea soberbio.
X.- Por querer demostrar a veces demostramos demasiado…
JM.- Desde mi experiencia, la humildad es la consecuencia natural de la sabiduría -Sócrates lo expresó con aquello de «solo sé que no sé nada»-, por tanto, no puede haber sabios no-humildes. Los que no son humildes, es porque no son sabios.
X.- No conozco a ningún ser humano que, para mi, sea sabio y que entre en mi concepto de sabio
JM.- Igual es que no has mirado bien ¿Cuál es tu concepto de sabio?
X.- El sabio es el que siente lo que dice y dice lo que siente, es un ser y humano y sobre todo es y lo parece…
JM.- ¿Cuántas veces hemos dicho y sentido que el que tenemos enfrente es un imbécil?
X.- Yo compadezco al imbécil y se me olvida que es imbécil y así deja de ser importante para mi…
JM.- Compadecer «es padecer con»… ¿Significa eso que te reconoces imbécil?
X.- Alguna vez que otra lo he sido pero intento compadecerme lo menos posible…
JM.- ¿Intentas compadecerte lo menos posible de ti y lo más posible de los demás?… ¿Es así?
X.- No, intento no parecer lo que no soy y eso a veces es difícil, dependiendo de la persona que tienes delante
JM.- ¿Tu autenticidad depende de la persona que tienes delante?
X.- El parecer es cuestión del prójimo, el ser es cosa mía, pero para que me entiendas, la imagen que tienes de mi no es asunto mío pero define como me muestro
JM.- Por tanto, puede que alguien sea sabio y tú no tengas esa imagen de él porque no encaja en tu concepto -que ya has podido ver que no es muy buen concepto- Tú mismo has dicho que «la persona sabia debe saber darse al prójimo aunque éste sea un ignorante».
X.- Cierto, podemos estar delante de un dios y no ser consecuentes de ello, por eso somos ignorantes.
JM.- ¿Por qué definirse como ignorantes cuando es tan fácil ser sabios?
X.- A mi no me resulta fácil ser sabio, la ignorancia no es ningún pecado, es una parte del camino…
JM.- Si no te resulta fácil ser sabio -es decir, si crees que no lo eres- ¿cómo piensas que puedes ver la sabiduría en los demás?.. ¿Puede alguien ver aquello que no tiene?.. ¿Puede alguien ver amor si no sabe lo que es el amor?
X.- Yo expongo teorías, algunas me parecen buenas, otras me dicen que no son, pero la cuestión es sacar de mi corazón lo que siento y con ayuda de mi mente plasmarlo…
JM.- ¿Con qué propósito haces eso?
X.- Buena pregunta. Lo hago porque quiero dar algo de claridad a esta realidad en la medida de mis posibilidades y cuando alguien me dice bien Juan, me siento orgulloso de poder contribuir, me hace feliz…
JM.- ¿Y cuando alguien te dice NO BIEN, cómo te sientes?
X.- Me esfuerzo por hacerlo mejor, soy razonable…
JM.- Después de lo que hemos hablado, ¿mantienes tu concepto de «sabio»?
X.- Mientras no me muestres un concepto mejor, si… Porque tengo la sensación de que todos quieren mostrarme su verdad pero nadie quiere ver mi juguete…
JM.- ¿Tu juguete?
X.- Ironías. Así es como llamo a mi verdad.
JM.- O sea que sientes que tu verdad está en conflicto con la verdad de otros ¿No?
X.- Si, algo común cuando vas a defender tus pensamientos
JM.- Con lo cual, tu interés no es encontrar la sabiduría sino defender tus pensamientos.
X.- No. te repito soy razonable y -aun no me has dicho cuál es tu concepto de sabio- disfruto aprendiendo. de hecho, de ti aprendo mucho…
JM.- Bien, de eso se trata, de aprender tú y yo… Si tu interés es defender tus pensamientos sobre los pensamientos de los demás ¿No es eso soberbia y prepotencia?
X.- No, para mí no. ¿Acaso es humilde ser sumiso?
JM.- Te lo digo de otra manera: Si el interés de cada uno es defender sus pensamientos sobre los pensamientos de los demás ¿Cómo vamos a superar el conflicto?
X.-Te lo repito: siendo razonable, raciocinio, racional, no soy un muro, ni orgullo irracional, ni egocéntrico, solo soy un ser y humano que defiende su postura y su lógica pero es flexible, por favor…
JM.- ¿Te puedes abrir pues a la posibilidad de analizar tus conceptos?.. ¿De que tus conceptos puedan estar equivocados?
X.- Cierto. Pero para saber si estoy equivocado necesito otra opinión, tú por ejemplo.
JM.- Bien, en cuanto al concepto de sabio, tú has dicho «El sabio es el que siente lo que dice y dice lo que siente» y yo he opinado «¿Cuántas veces hemos dicho y sentido que el que tenemos enfrente es un imbécil?.. ¿Sigues creyendo que era un buen concepto, el tuyo?
X.- Si hemos dicho eso –imbécil- es que no somos ni sabio ni inteligente.
JM.- ¿Crees que no somos sabios por utilizar la palabra imbécil?… ¿No podría ser lo mismo tu sabio que mi imbécil?
X.- No por utilizar la palabra, sino por no comprender a la persona que llamamos imbécil.
JM.-Y comprender al otro ¿No requiere que dejemos de lado la necesidad de defender nuestro juguete?
X.- Yo no voy a darle a un niño un arma.
JM.- ¿El otro es un niño para ti?… ¿Tú eres el adulto?
X.- Interesante, para mí intercambiamos papeles.
JM.- ¿Te das cuenta de que tu mente intenta esquivar todas las cuestiones que te planteo?
X.- Si, se llama mecanismo de defensa.
JM.- Bien, ¿no lo podríamos llamar también miedo?… Si me temes, te separas de mí. No puede fluir el amor.
X.- No, hace mucho que no tengo miedo. Me analizo también para llegar a mi.
JM.- ¿Se defiende uno que no tiene miedo?… ¿Qué otra razón puede haber?
X.- Que no quiero contarte mi verdad. No es miedo, es desconfianza…
JM.- ¿Y la desconfianza no es miedo?.. ¿No quieres contar tu verdad y antes te has quejado de que nadie quiere ver tu verdad?.. ¿No es eso una contradicción de tu mente?
X.- A ver, cuento lo que debo contar, y mi desconfianza es prudencia no miedo.
JM.- ¿Lo que debes contar?.. ¿Quién te ordena lo que debes contar?.. ¿La desconfianza es o no es miedo?
X.- Sí es miedo, tienes razón…
JM.- ¿Y puedes entender que el miedo es lo único que nos separa?.. ¿Qué es lo único que impide conocer la verdad?.. ¿Qué es lo único que nos impide ser sabios?
X.- Puede ser pero, ¿quién no tiene miedo?
JM.- Esa no es la cuestión… Si ves que todos se tiran por un precipicio, ¿te vas a tirar tú?… La cuestión es ¿puedes abandonar el miedo a la hora de tratar con tu prójimo? –El abandono del miedo es lo que llamamos amor-
X.- Si, lo sé, pero es difícil mantener el tipo cuando tu vas de corazón y los demás, de espada y cuchillos.
JM.- ¿He sacado yo algún cuchillo?.. Si amas solo a los que te aman, eso no es amor, es comercio.
X.- No es por ti y creo que soy honesto contigo. Sé que vas con buenas intenciones; lo veo en lo que escribes.
JM.- Bien, es lo único que se requiere, ver la buena intención… Ahora, te sugiero que lo dejemos y lo retomemos en otro momento que tú quieras… Lo que sí te pido es que releas lo que hemos escrito y reflexiones si, en algún momento, has mostrado desconfianza conmigo, y si ha sido así, que intentes averiguar la razón.